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Educar las emociones II: tristeza y alegría

La educación en la gestión de las emociones es muy importante como medio de promoción y prevención para un mayor bienestar y buena salud mental, mientras que, cuando el impacto de los hechos es muy fuerte o no se canalizan las emociones de manera adecuada, esto puede llevar a enfermedad y cuadros patológicos.

Tristeza

La tristeza es una emoción que abarca sentimientos de infelicidad, soledad, desconsuelo, melancolía y pesimismo. Se asocia a la falta de interés o motivación y una disminución de la actividad física. Además, es una característica principal en el trastorno depresivo mayor. Sin embargo, bien dirigida, puede ser el punto de arranque para enfrentar una realidad que genera dolor. A continuación, algunas recomendaciones para una gestión positiva de la tristeza.

  • Busca a alguien de confianza para expresar tus sentimientos y llorar si es necesario. Si no tienes a nadie cerca, puedes escribir lo que sientes, también puedes buscar en Dios tu gran confidente y entregar tus pesares a él en oración.
  • Lee y ten en mente las promesas de consuelo y apoyo de Dios que se registran en la Biblia. Algunos ejemplos: Salmo 23:4; Mateo 5:4; 2 Tesalonicenses 2:16-17; Apocalipsis 21:4.
  • Visita o llama a alguien que lo necesita, al poner tu atención en otros puedes mirar con una perspectiva más amplia tu propia tristeza. Además, las acciones a favor de los demás generan bienestar y satisfacción personal.
  • Por último, si sientes que no puedes sobrellevar la tristeza, busca ayuda y/o compañía, no te quedes solo o en silencio y evita todo tipo de expresión que genere un riesgo para tu integridad física y mental.

Alegría

La alegría es una emoción que se asocia a la salud y bienestar físico y mental. Es un sentimiento de placer producido normalmente por un suceso favorable que suele manifestarse con un buen estado de ánimo, la satisfacción y la tendencia a la risa o la sonrisa.

A nivel cerebral, la alegría libera un neurotransmisor llamado serotonina, conocido como la hormona de la felicidad, produciendo sensaciones de bienestar, relajación, satisfacción, mayor concentración y la percepción positiva de la autoestima. A continuación, algunas recomendaciones que favorecen la alegría.

  • Dedica cada semana tiempo para visitar familiares y/o amigos, en estos contextos por lo general se puede reír y ser espontáneo sin dificultad.
  • Si tienes hijos, dedica cada día unos minutos a ser parte de sus juegos y travesuras.
  • Busca cualquier pretexto y oportunidad para abrazar, conversar, besar, entregar y recibir miradas de amor y una gran sonrisa. Además, agradece a Dios cada día las bendiciones que recibes de él.
  • Practica un estilo de vida saludable a través de los ocho remedios naturales, puedes partir por el que sea más fácil para ti. Revisa el siguiente enlace https://www.adventistas.org/es/salud/8-remedios-naturales/

¡Dios bendiga tu vida y guíe tus emociones en todo momento!

Marcos Gatica

Psicólogo - Orientación bíblica.

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